Francisco Garduño dejó la titularidad del Instituto Nacional de Migración asegurando que cumplió su misión, sin hacer referencia al incendio en Ciudad Juárez donde murieron 40 personas migrantes. Durante su gestión se dispararon las detenciones y se militarizó el INM, a la par que enfrentó procesos judiciales que concluyeron sin cárcel y con medidas reparatorias. Su salida, marcada por la omisión de la tragedia más grave en su periodo, deja un legado polémico y cuestionado por organizaciones de derechos humanos y víctimas.

Garduño se despide con “orgullo”, pero sin mencionar la tragedia

El excomisionado del INM omite el incendio de Ciudad Juárez y habla de una gestión exitosa.

Francisco Garduño, quien durante seis años fue titular del Instituto Nacional de Migración (INM), anunció su salida de la dependencia con un mensaje en redes sociales en el que afirmó sentirse orgulloso y aseguró que se cumplió una “misión histórica”. Sin embargo, su despedida evitó mencionar el hecho más trágico y emblemático de su gestión: el incendio en una estación migratoria de Ciudad Juárez donde murieron 40 personas migrantes y otras 27 resultaron heridas.

En su mensaje, Garduño destacó logros como la modernización del INM, el fortalecimiento institucional y la dignificación de las personas migrantes. Pero sus palabras contrastan con la percepción pública de una gestión marcada por la criminalización, el encierro y la violencia institucional contra la población migrante, así como por intentos legales de eludir responsabilidades penales.

Esta omisión generó indignación entre defensores de derechos humanos y familiares de las víctimas, quienes señalan que el silencio del excomisionado es muestra de impunidad.

Incendio en Ciudad Juárez: una tragedia ignorada

El fuego en la estación migratoria marcó un antes y un después en la política migratoria mexicana.

El 27 de marzo de 2023 ocurrió uno de los peores episodios humanitarios en la historia reciente de México: un incendio en una estación migratoria en Ciudad Juárez, Chihuahua, provocó la muerte de 40 personas migrantes. La tragedia fue provocada tras la quema de colchones como acto de protesta, mientras las puertas de las celdas permanecieron cerradas.

Las investigaciones revelaron que ni el personal del INM ni los elementos de seguridad privada actuaron para liberar a las personas detenidas. La Fiscalía General de la República procedió contra Garduño por omisión de funciones, pero el proceso concluyó con medidas reparatorias: indemnización, reforma de instalaciones y una disculpa pública que aún no ha realizado.

A pesar del horror del caso, Garduño se va sin pronunciar una sola palabra sobre las víctimas. El evento se reagendó para el 2 de mayo, una vez que él ya no estará en funciones, lo que ha sido calificado como un intento de eludir la rendición de cuentas.

Detenciones récord y militarización del INM

Durante su gestión, el número de personas migrantes detenidas alcanzó cifras históricas.

El otro gran legado de Francisco Garduño al frente del INM es el incremento exponencial en las detenciones de personas migrantes. En 2024 se alcanzaron más de 921 mil eventos de detención, una cifra sin precedentes. El enfoque de la institución cambió radicalmente, dejando atrás un modelo con enfoque de derechos humanos para convertirse en un aparato de control y vigilancia.

La militarización fue una de las estrategias adoptadas: se colocó a personas con perfil militar o policiaco en puestos clave, desplazando a funcionarios con experiencia en atención humanitaria. Esta transformación, impulsada por presiones del gobierno de Donald Trump, convirtió al INM en una extensión de las fuerzas de seguridad del Estado.

Desde antesdelexamen.com, el sitio que apoya a estudiantes de preparatoria a prepararse para los exámenes universitarios y que también analiza temas sociales relevantes, consideramos que este tipo de políticas tienen un impacto profundo no solo en quienes migran, sino también en la cultura institucional del país.

“Espacios amigables”: ¿una reforma real o maquillaje institucional?

Se pintaron murales y se eliminaron rejas, pero las estaciones siguen funcionando como centros de detención.

En los últimos meses de su administración, el INM impulsó una política de “espacios abiertos, seguros y amigables” en las estaciones migratorias. Esto incluyó remodelaciones menores, murales con mensajes de integración y la eliminación de algunas puertas metálicas. Pero diversas organizaciones denuncian que estas medidas fueron un intento de “lavado de cara” tras el incendio en Ciudad Juárez y no una transformación de fondo.

Las personas migrantes siguen siendo privadas de la libertad en condiciones precarias, sin acceso efectivo a servicios legales, salud o comunicación con el exterior. La apariencia estética no ha cambiado el modelo institucional que prioriza la detención por encima de la protección y asistencia.

Para muchas voces críticas, esta política solo fue una manera de cumplir con las exigencias judiciales impuestas a Garduño para evitar una condena, sin enfrentar realmente el fondo del problema.

Impunidad, indignación y el futuro del INM

La salida de Garduño deja una institución marcada por la desconfianza y la falta de transparencia.

Francisco Garduño asumió la titularidad del INM en junio de 2019, tras la salida de Tonatiuh Guillén, un académico con trayectoria en derechos humanos. Su nombramiento coincidió con la presión de Estados Unidos para contener el flujo migratorio en la frontera sur, y desde entonces la política migratoria mexicana dio un giro represivo.

A pesar del escándalo por el incendio en Ciudad Juárez y las múltiples denuncias por violaciones a derechos humanos, Garduño no pisará la cárcel. El hecho de que la disculpa pública se posponga para después de su salida refuerza la percepción de que se está protegiendo a los altos funcionarios responsables.