Miles de aspirantes se preparan cada año para el examen de admisión de la UNAM, pero pocos saben cuáles son los temas que realmente se repiten. En lugar de estudiar todo el temario, enfócate en lo que más pesa y aprende a organizar tu tiempo para repasar sin estrés. En este artículo te dejo una guía práctica por materia, con los conceptos que más aparecen y cómo repasarlos de forma efectiva.

Matemáticas: domina lo esencial, no todo

Temas más frecuentes: álgebra, funciones, geometría analítica y trigonometría.

Matemáticas es la columna vertebral del examen. Más del 30% de los reactivos provienen de aquí. Empieza con álgebra: productos notables, factorización, ecuaciones cuadráticas y sistemas de ecuaciones. Luego pasa a funciones (lineales, cuadráticas y exponenciales), donde se evalúa tu capacidad para interpretar gráficas.

En geometría analítica, domina pendiente, distancia y ecuaciones de la recta. En trigonometría, memoriza las razones trigonométricas, identidades pitagóricas y las leyes de senos y cosenos. Crea una hoja resumen con todas las fórmulas y un ejemplo de aplicación para cada una. No memorices a la fuerza: repasa resolviendo ejercicios.

Física: interpretación antes que memoria

Temas más frecuentes: movimiento, leyes de Newton, energía y electricidad.

Los problemas de Física en la UNAM no buscan fórmulas de memoria, sino tu capacidad de análisis. Practica ejercicios de MRU y MRUA, velocidad promedio y gráficas de movimiento. En dinámica, repasa las tres leyes de Newton y los tipos de fuerza.

Los temas de energía son constantes: energía cinética, potencial y trabajo mecánico. También aparecen electricidad y ley de Ohm (V = I·R). Muchos fallan por no revisar unidades, así que acostúmbrate a trabajar con el Sistema Internacional. Usa dibujos y diagramas de cuerpo libre; ver el problema facilita entenderlo.

Química: comprensión de procesos y cálculos básicos

Temas más frecuentes: estructura atómica, enlaces, reacciones y estequiometría.

En Química, el examen evalúa tu entendimiento de cómo se comporta la materia. Empieza con estructura atómica, modelos y configuración electrónica. Luego pasa a enlaces químicos (iónico, covalente, metálico) y su relación con las propiedades de los compuestos.

En reacciones químicas, domina el balanceo por tanteo y redox. La estequiometría es uno de los temas más repetidos: practica cálculos de moles, masas y volúmenes. Tip de repaso: haz cuadros comparativos entre reacciones y anota el tipo de reacción (síntesis, descomposición, sustitución, combustión). Repasa todos los días con ejercicios cortos; eso vale más que largas lecturas teóricas.

Biología: estructura, herencia y ecología

Temas más frecuentes: célula, genética, evolución y ecosistemas.

Biología evalúa procesos, no datos sueltos. Revisa la estructura celular (organelos y funciones), los tipos de células (animal, vegetal, procariota, eucariota) y los procesos vitales (fotosíntesis, respiración celular).

En genética, repasa las leyes de Mendel y el ADN/ARN. Aprende la diferencia entre genotipo y fenotipo. En ecología, domina niveles tróficos, cadenas alimenticias y ciclos biogeoquímicos. Dibuja esquemas y usa colores; esto mejora la comprensión y la memoria visual.

Español y comprensión lectora: el secreto para subir tu puntaje

Temas más frecuentes: sinónimos, antónimos, analogías, redacción y lectura.

Muchos subestiman esta parte, pero puede darte puntos decisivos. Practica ejercicios de sinónimos y antónimos, y repasa las relaciones de analogías (parte-todo, causa-efecto, función).

En redacción, repasa ortografía básica, conectores y tipos de texto. En comprensión lectora, lee fragmentos breves y responde sobre la idea principal, el tono del autor y la intención comunicativa. Consejo práctico: lee todos los días 20 minutos —no importa qué— y resume lo leído en tres líneas. Mejorará tu velocidad y comprensión.