El examen de admisión a la UNAM y al IPN representa uno de los mayores retos para los estudiantes de preparatoria en México. Miles de aspirantes compiten cada año por un lugar en estas instituciones, pero solo quienes se preparan con estrategia logran su objetivo. En este artículo te compartimos los mejores consejos para estudiar inteligentemente, evitar errores comunes y aumentar tus probabilidades de éxito.

Organiza tu tiempo de estudio con un plan semanal

La constancia y la disciplina son más efectivas que estudiar de última hora.

El primer paso para aprobar el examen de admisión de la UNAM o el IPN es tener un plan de estudio claro. Divide tus materias por días, alternando entre matemáticas, ciencias, lectura y redacción. Dedica más tiempo a tus áreas débiles, pero no descuides las que ya dominas.

Lo ideal es estudiar entre dos y cuatro horas diarias. Si trabajas o tienes otras actividades, enfócate en la calidad más que en la cantidad. Usa técnicas como la del “Pomodoro” (25 minutos de estudio por 5 de descanso) para mantener la concentración sin agotarte.

Estudia con materiales reales de exámenes anteriores

Resolver exámenes pasados te ayuda a conocer el tipo de preguntas y el nivel de dificultad.

Tanto la UNAM como el IPN mantienen estructuras similares en sus exámenes año con año. Resolver guías oficiales o exámenes de convocatorias anteriores te permite familiarizarte con la forma en que redactan las preguntas y el tiempo que tienes para resolverlas.

Antesdelexamen.com recomienda que, además de resolver ejercicios, analices tus errores. No basta con saber qué fallaste, sino por qué. Este tipo de análisis te permitirá mejorar tu comprensión y reforzar los temas donde tienes más debilidad.

Fortalece tus bases en matemáticas y comprensión lectora

Estas dos áreas representan más del 50% de las preguntas totales.

En la UNAM y el IPN, las matemáticas son el filtro principal. Dominar álgebra, geometría, funciones, factorización y trigonometría te asegurará una buena parte del puntaje. Pero igual de importante es la comprensión lectora, que evalúa tu capacidad de analizar textos, inferir ideas y encontrar información clave.

Practica resolviendo problemas matemáticos sin calculadora y lee textos variados todos los días. Puedes usar artículos científicos, reportajes o fragmentos de libros para mejorar tu velocidad y retención. Un estudiante que entiende lo que lee resuelve mejor todas las secciones del examen.

Simula el examen real y mide tu progreso

Los simulacros son la mejor forma de poner a prueba tus conocimientos.

Hacer simulacros te ayuda a identificar tus puntos débiles y a acostumbrarte al ritmo del examen real. Cronometra el tiempo y responde bajo las mismas condiciones: sin celular, sin pausas y con un ambiente silencioso.

Después de cada simulacro, revisa tus respuestas incorrectas y anota los temas que necesitas reforzar. Si repites este proceso cada semana, tu avance será notorio. Recuerda: no se trata solo de estudiar mucho, sino de estudiar de forma inteligente.

Mantén una mentalidad positiva y confía en tu preparación

La actitud con la que llegues al examen puede marcar la diferencia.

En las últimas semanas antes del examen, evita saturarte. Repasa tus apuntes, duerme bien y realiza repasos ligeros. El día del examen, lleva tus materiales listos, llega con anticipación y respira profundo.