El examen de admisión a la UNAM 2026 será uno de los más competitivos de los últimos años. Con miles de aspirantes por carrera, los temas que se repiten cada convocatoria son la clave para alcanzar los aciertos necesarios. Este artículo te ofrece una guía completa para dominar los temas más difíciles, entender cómo se formulan los reactivos y aprender estrategias prácticas para mejorar tus resultados. Si estudias con poco tiempo o estás retomando el ritmo después de vacaciones, aquí encontrarás apuntes esenciales, técnicas efectivas y un plan para repasar sin saturarte.

Estructura general del examen UNAM

Conoce cómo se distribuyen las materias y cuántos aciertos necesitas para tu carrera.

El examen de admisión de la UNAM tiene 120 preguntas divididas en áreas según la carrera. Si vas para Ciencias Físico-Matemáticas o Ingenierías, se refuerzan Matemáticas, Física y Química; si vas para Ciencias Sociales o Humanidades, predominan Español, Historia y Literatura. Sin embargo, Matemáticas y Comprensión lectora siempre aparecen, sin importar el área.

La clave está en revisar las guías oficiales y los exámenes liberados de años anteriores. Los reactivos se repiten con ligeras variaciones en redacción, pero los conceptos son los mismos. Así puedes detectar patrones: por ejemplo, en Matemáticas casi siempre hay 4 o 5 ejercicios de funciones, en Física 2 de energía y 3 de cinemática, y en Química 3 o 4 de estequiometría.

Matemáticas: el bloque que más pesa

Funciones, álgebra, geometría analítica y probabilidad son los pilares para ganar aciertos.

La parte de Matemáticas suele definir tu puntaje final. Los temas que más se repiten incluyen productos notables, factorización, ecuaciones cuadráticas, sistemas de ecuaciones, funciones lineales y cuadráticas, y trigonometría básica. En áreas 1 y 2, también aparecen límites y derivadas, aunque de manera sencilla.

Para estudiar, divide tus sesiones en tres fases: primero entiende la teoría con ejemplos resueltos, luego repite problemas similares cambiando datos, y finalmente mide tu tiempo con ejercicios tipo examen. La velocidad y precisión se desarrollan con práctica cronometrada. Una buena meta es resolver 40 reactivos de Matemáticas por semana.

Español y comprensión lectora: el filtro silencioso

Identificar ideas principales, inferencias y conectores te da puntos que pocos aprovechan.

En la sección de Español, muchos aspirantes confían demasiado y pierden aciertos por distracciones. El examen busca evaluar tu capacidad para entender argumentos, distinguir hechos de opiniones, y reconocer conectores lógicos como “sin embargo”, “por lo tanto” o “aunque”. También se incluyen reglas de ortografía y uso correcto de signos de puntuación.

Un consejo clave es leer la pregunta antes del texto. Así tu mente busca la información precisa y reduces tiempo. Practica con lecturas breves (200 a 300 palabras) y contesta tres preguntas por cada una. Anota tus errores comunes en vocabulario y ortografía, y revísalos cada tres días. Esto entrena tu atención y tu memoria verbal.

Ciencias: Física, Química y Biología que sí caen

Los problemas aplicados a la vida real son los favoritos del examen UNAM.

En Física, domina MRU y MRUA, ley de Newton, energía cinética, potencial y trabajo. También repasa electricidad básica y gráficas de movimiento. Los errores más comunes son confundir signos o no identificar bien los ejes.

En Química, céntrate en masa molar, balanceo de ecuaciones, molaridad, gases ideales y pH. El examen no suele incluir temas avanzados, pero sí exige agilidad para hacer conversiones y leer unidades. En Biología, repasa el ciclo celular, fotosíntesis, respiración celular, genética mendeliana y ADN/ARN. La mayoría de las preguntas son conceptuales, no de memoria literal.

El método efectivo es resolver por temas en mini-bloques: 15 minutos de teoría, 15 de práctica y 10 de autoevaluación. Así mantienes la mente activa sin saturarte.

Técnicas para estudiar más inteligente, no más horas

La clave es la constancia y el repaso espaciado, no el cansancio acumulado.

Estudiar 10 horas seguidas no sirve si al día siguiente olvidas la mitad. Lo que sí funciona es el repaso espaciado: estudiar 25 minutos, descansar 5, y revisar el mismo tema 2 o 3 días después. También sirve enseñar lo aprendido a otra persona; explicarlo en voz alta consolida la memoria.

Haz un plan semanal:

• Lunes a jueves: repaso de materias base (Matemáticas, Español, Física).
• Viernes: simulacro de 30 preguntas.
• Sábado: repaso de errores del simulacro.
• Domingo: descanso activo o lectura ligera.

A medida que avances, aumenta la dificultad y la cantidad de reactivos. El objetivo no es “acabar la guía”, sino entender cada tipo de pregunta y cómo resolverla bajo presión.